miércoles, 7 de septiembre de 2011

Conclusiòn


Los sistemas de labranza conservacionista del suelo y la siembra directa ofrecen numerosas ventajas que no pueden ser obtenidas con la labranza intensiva. Estas ventajas han sido resumidas de la siguiente forma:
  1. Necesidades menores de mano de obra
  2. Economía de tiempo
  3. Menor desgaste de la maquinaria
  4. Economía de combustible
  5. Aumento de la productividad a largo plazo
  6. Mejoramiento de la calidad del agua superficial
  7. Disminución de la erosión
  8. Mayor retención de humedad
  9. Aumento de la infiltración de agua en el suelo
  10. Disminución de la compactación del suelo
  11. Mejoramiento de la estructura del suelo
  12. Aumento de la vida silvestre
  13. Menor emisión de gas carbónico a la atmósfera
  14. Reducción de la polución del aire.